¿Por qué la bicicleta?

En la ley 1083 de julio de 2006, en su artículo primero, se da prelación a la movilización en modos alternativos de transporte, entendiendo por estos el desplazamiento peatonal, en bicicleta o en otros medios no contaminantes, así como los sistemas de transporte público que funcionen con combustibles limpios.

Con el alto costo de los combustibles y la conservación del medio ambiente como pionero de los proyectos, hoy más que nunca, la bicicleta está haciendo una reaparición en muchas ciudades, convirtiéndose en una parte importante de los planes de transporte urbano a nivel mundial.

La bicicleta es un modo de transporte accesible a más del 90% de la población, con un indudable impacto positivo en la descontaminación ambiental y en la salud de las personas, constituyendo además un elemento de esparcimiento.

En distancias que promedian los 5 Kilómetros la bicicleta es el vehículo más eficiente en la ciudad, su mantenimiento es sencillo, económico, promueve el civismo y permite a su vez el ejercicio físico y por tanto la reducción de las enfermedades cardiovasculares y de la contaminación medioambiental que produce la mayoría de las enfermedades respiratorias. Una bicicleta ocupa menos del 60% del espacio requerido para que pueda circular un automóvil tipo familiar, y el 90% menos de espacio para un bus de 45 pasajeros (Instituto de Desarrollo Urbano, Bogotá D.C., 1999).

Es importante anotar que ya son más de 200 experiencias documentadas de sistemas de bicicleta pública en ciudades de Europa, Asia y América. Estas ciudades cuentan con estos servicios a disposición de sus habitantes y visitantes que, sumado a las opciones de transporte público colectivo y masivo, obtienen más y mejores posibilidades de trasladarse de manera rápida, cómoda y muy económica, prescindiendo cada vez más del uso de automóviles particulares.

Del documento ¿Por qué un SBP? por Jesús David Acero Mora